jueves, 3 de marzo de 2011

CÓMO SE GESTÓ LA DIVISIÓN AZUL




La historia empieza el 21 de junio de 1941 en el hotel Ritz, el más lujoso de Madrid, donde tres hombres se reúnen para comer. Son tres importantes jerarcas del régimen franquista: Ramón Serrano Suñer, Manuel Mora Figueroa y Dionisio Ridruejo.
(…)
Lo que une a los tres hombres, que mantienen posturas algo divergentes, es la seguridad de que Alemania va a ganar la guerra. Y que es preciso estar a su lado. Eso y la convicción de que hay que restarle poder al ejército y a los partidarios de la monarquía. Los comensales consideran que hay muchos aliadófilos en la cúpula militar. Entre ellos se cuentan el antecesor de Serrano en Asuntos Exteriores, el coronel Beigbeder y el embajador español en Londres, el duque de Alba.

La formación de un cuerpo expedicionario que luche junto a los alemanes contra los rusos sería muy útil para todo eso. Y no está fuera de las cabezas de muchos fundamentalistas del partido único la idea de que un cuerpo así pudiera ser el germen de una especie de ejército de la Falange. Lo que se frustró en abril de 1937, cuando se disolvieron por la fuerza las academias de guerra falangistas en Salamanca. Manuel Mora Figueroa ha sido jefe de las Milicias de Falange. Las que quieren estar en la guerra.
(…)
El primero en conocer la noticia de la invasión (alemana de Rusia) ha sido el ministro de Asuntos Exteriores, Ramón Serrano Suñer, al que alguien de la embajada alemana, o quizá el corresponsal de la agencia EFE en Berlín, Ramón Garriga, ha llamado por teléfono a las seis de la mañana. El embajador en la capital alemana, el general Espinosa de los Monteros, no ha cumplido con su obligación, porque prefiere esperar a que la noticia esté confirmada, por lo que se llevará una buena bronca del ministro alemán de Exteriores, Joachim von Ribbentrop. Serrano se ha levantado de la cama y ha ido a despertar a Franco para comunicársela.
En las horas que siguen, Serrano le suelta a Franco la propuesta de formar la unidad de voluntarios para luchar junto a los alemanes «contra el enemigo común». Serrano habla con el embajador alemán, Eberhard von Stohrer, para hacerle la oferta, que es «un gesto de solidaridad [...] independiente de la entrada completa y total de España en la guerra al lado del Eje, que tendrá lugar en el momento apropiado». Hitler conoce pronto la noticia y acepta el ofrecimiento con «agrado y satisfacción». De modo que España no entra en la guerra, pero enviará soldados a participar en ella, y se encuentra en un estado de «beligerancia moral». Un estado peculiar, muy poco descrito en los libros anteriores a esta guerra y menos aún en los tratados de relaciones internacionales.
Contra los bolcheviques, los masones y los judíos.
Y, de paso, los maricones.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Je, Je, no te sabes ni la fecha del comienzo de la Operación Barbarroja: 22 de junio de 1941

Anónimo dijo...

Efectivamente, debemos de suponer que los jerarcas del franquismo disfrutaban del don de la clarividencia, dado que la invasión de la URSS comenzó en la madrugada del 22 de junio y el 21 ya estaban pensando en formar una división para combatir en la URSS.

Buen comienzo, sí señor :)

Anónimo dijo...

Me quedan dudas con lo de la fecha. Si alguien me lo puede resolver...

Anónimo dijo...

No creo que nos lo aclare.

Cuando se hace un libro serio, se anotan al pie TODAS y CADA UNA de las citas (el ministro de defensa alemán ha dimitido por no hacerlo en su tesis doctoral).

No creo que JM Reverté nos aclare esta cita sobre "bolcheviques, masones, judios ... y de paso los maricones", pero queda bien.

Respecto a lo del 21 de junio, perspicaz, el periodista de ABC parece que se ha coscado y dice "que tenían información privilegiada" (¿o es que lo pone en el texto, pero no está aqui?)

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